Actualmente, las únicas piedras de acabado de afilado Nakayama nuevas y genuinas las comercializa Hatanaka, el último propietario de la mina. Sólo él posee el derecho de utilizar el nombre de la mina Nakayama, junto con los nombres protegidos por derechos de autor y los sellos de tinta asociados con ella, aunque la mina esté físicamente cerrada. Se ha reservado el derecho de sellar cualquier inventario sobrante del negocio de su familia, y se cree que muchas de sus nuevas piedras proceden de las enormes reservas de bruto que se han extraído desde que su padre era socio en Kato.
Hatanaka gestiona el negocio con tanta astucia como Kato, sin inundar el mercado con piedras que viajan desde él a través de los canales elegidos. También ve las actividades de los falsificadores de sellos. Su empresa está en la cima de la pirámide mundial tennen toishi y la reputación es lo más importante para él, por eso las auténticas piedras Hatahoshi Hatanaka siempre han destacado por su máxima calidad y son muy valoradas.
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